miércoles, 12 de noviembre de 2014

LAS PINTURAS PERDIDAS. BREVE RESEÑA Y PROBLEMÁTICA EN TORNO A LAS REPRESENTACIONES RUPESTRES ESQUEMÁTICAS DEL LLANO DE CARCHUNA (MOTRIL, GRANADA)

En esta nueva entrada al Blog, contamos con la participación de un nuevo colaborador. Se trata de nuestro compañero Carlos, el cual nos ofrece una publicación en la que nos informa y expone una discusión científica sobre el curioso hallazgo, por parte del arqueólogo y antropólogo francés H. Breuil, a principios del siglo XX, de diversas pinturas rupestres esquemáticas en el entorno del Llano de Carchuna, no localizadas desde entonces. Realiza, además, una breve descripción de las mismas, señalando su posible ubicación, una vez analizado el texto en el que se dieron a conocer.
El autor de este artículo, Carlos E. Sarompas Cazorla, actualmente trabaja como maestro en el CEIP Pío XII de Torrenueva (centro del cual es Director). Estudió Magisterio, formación que completó posteriormente con la Licenciatura de Geografía e Historia en la UNED. Siendo persona inquieta como es, actualmente está realizando un Máster Universitario en Métodos y Técnicas Avanzadas de Investigación Geográfica e Histórica, con especialidad en Prehistoria, a través de la UNED.
Centra sus investigaciones en el estudio de los periodos prehistóricos del Epipaleolítico/Mesolítico y del Neolítico, así como en la reconstrucción paleoambiental de la costa sur peninsular, durante la transición Plesitoceno-Holoceno. Dirige, además, un blog sobre temas prehistóricos y paleoambientales (http://arqueoprehistoria.wordpress.com/), el cual, evidentemente, os recomendamos que visitéis de manera asidua.
Es así como, viendo el grado de actividad que desarrolla Carlos, no nos queda más que agradecerle que haya querido participar en este Blog, que también es suyo, aportando parte de su creación científica, la cual esperamos que sirva para conocer un poco más y mejor nuestro Patrimonio histórico y natural, así como para concienciar y convencer a la población y (quizás más arduo si cabe) a las autoridades competentes, para que finalmente conciban el Patrimonio como Cultura y Riqueza para todos: lugareños, Municipios, Entidades y foráneos esporádicos y puntuales.
Lo dicho, ¡GRACIAS CARLOS!




Quien se haya acercado al estudio o a la divulgación de la Prehistoria de la costa granadina, conocerá que la única información sobre pinturas rupestres en la zona se debe a la referencia y descripción que hacen, primero Breuil y Burkitt (1929) y, posteriormente, sólo el primero de ellos (Breuil, 1935) respecto a dos figuras esquemáticas rupestres en un lugar concreto, pero desconocido actualmente, del Llano de Carchuna. A parte de estas figuras, sólo se conoce otra, también de tipo esquemático, realizada en un fragmento cerámico hallado en la Cueva de los Murciélagos de Albuñol (Carrasco y Pachón, 2010).

Fragmento cerámico con restos de una representación esquemática procedente de la Cueva de los Murciélagos de Albuñol (Carrasco y Pachón, 2010).

Posteriormente, y pese a los denodados e intensos intentos por encontrarlas que realizó el Grupo de Actividades Espeleológicas de Motril (GAEM) en varias ocasiones desde 1980 (la última en fechas muy recientes), nadie ha vuelto a encontrar las representaciones que Breuil dio a conocer, aunque el dato se sigue mencionando en  diferentes catálogos, inventarios y bases de datos patrimoniales (Dir. Gral. Bienes Culturales, 1995; Archivo Gral. Consejería Cultura, 1989; López y Peña, 1998), o en el propio Planeamiento urbanístico (Ayto. Motril, 2003).

Crónica de un descubrimiento.

En el año 1913 Henri Breuil, prestigioso prehistoriador francés y uno de los primeros grandes especialistas en arte rupestre, inicia una serie de viajes por el sur de España, acompañado del arqueólogo y antropólogo británico M. C. Burkitt. Estos viajes, que se prolongan a lo largo de varios meses en los años 1914, 1916, 1918 y 1919, tienen como objetivo localizar y describir la mayor cantidad posible de lugares con representaciones de lo que denominan como Arte Español del Grupo III,  y que hoy se conoce de manera genérica como Arte Esquemático, esto es, el conjunto de representaciones de carácter esquemático (en las que se simplifican los elementos de un objeto para que puedan ser identificados por cualquier observador, o por los conocedores del código que las inspiró) realizados de acuerdo con una temática convencionalizada y estereotipada no naturalista, en la que las representaciones parecen reducirse a un patrón o a un símbolo, elaboradas sobre un soporte rupestre o mueble, y con una cronología que más o menos se circunscribe a los inicios de la metalurgia (Neolítico final y Calcolítico). 
En esta búsqueda, Breuil y Burkitt recorren especialmente el entorno del Campo de Gibraltar y las sierras gaditanas, aunque también se adentraron en varias comarcas malagueñas y granadinas. Las únicas de este tipo que descubrieron en la provincia de Granada son estas pinturas perdidas del Llano de Carchuna.

El viaje por el sur peninsular de Breuil y Burkitt, y los descubrimientos que realizan, quedan plasmados en el libro Rock painting of Southern Andalusia: a description of a Neolithic and Copper Age art group, cuyo capítulo X se lo dedican a las provincias de Málaga y Granada.

Portada original del libro Rock painting of Southern Andalusia: a description of a Neolithic and Copper Age art group (http://www.bibliotecavirtualdeandalucia.es).

En la página 82 del libro, los autores describen el hallazgo de algunas representaciones esquemáticas en el Llano de Carchuna de la siguiente manera:
 "El lugar más cercano a la Cueva de los Porqueros (zona de Fuente de Piedra-Mollina, Málaga) en el litoral entre Málaga y Almería lo encuentra Breuil cuando se desplazaba a caballo por la costa  entre Albuñol y Motril. El 18 de febrero de 1918 llaman la atención de Breuil algunas pinturas recientes realizadas en cal en las proximidades de Calahonda. Concretamente en el borde occidental (sic) del Llano de Carchuna. Pensó que quien realizó estos dibujos modernos podría haberse inspirado en otros más antiguos. Así que dejó el camino, se acercó a los acantilados y localizó dos figuras juntas en rojo brillante pero descolorido, que resistieron la prueba del lavado con los que demostraron ser realmente prehistóricas. Ambas se asemejan a figuras humanas esquemáticas, una de ellas, una simple cruz y del otro un arzobispo o doble cruz. Debido al imprevisto de este descubrimiento fortuito, Breuil las dibujó a mano alzada en su cuaderno de notas; la primera figura mide unos 50 cm de altura y la segunda 55 cm".

Fragmento donde se describen las representaciones esquemáticas del Llano de Carchuna (http://www.bibliotecavirtualdeandalucia.es).

Interpretación y aclaraciones sobre la descripción de la localización.

El lugar exacto donde se localizarían las figuras puede intentar deducirse a partir del texto de Breuil, aunque su excesiva concisión y el hecho de que proporcione información contradictoria dificultan de manera importante esta tarea. En primer lugar, Breuil habla del borde occidental del Llano de Carchuna para referirse al lugar donde se encuentran las pinturas recientes realizadas en cal y, además, indica que están en las proximidades de Calahonda. Y aquí está, pues, la confusión ya que Calahonda se encuentra en la zona oriental del Llano y no en la occidental. En este sentido, si él procedía de Albuñol, lo lógico es que, una vez sorteada la zona de acantilados que hay entre Castell de Ferro y Calahonda, llegara a  la localidad caleña antes de adentrarse en el Llano de Carchuna y, siguiendo la secuencia del viaje que describe, sería allí donde localizaría estas pinturas recientes, que cree que podrían haber estado inspiradas en otras prehistóricas y que, continuando hacia el oeste, poco después de dejar Calahonda, abandonase el camino y localizase las representaciones esquemáticas. 
Y en segundo lugar, es precisamente en este punto donde puede hallarse otra de las posibles confusiones, ya que dice abandonar el camino para acercarse a los acantilados donde encuentra las representaciones.  

Respecto a la primera problemática planteada, es posible que Breuil simplemente pudiera haberse confundido. En este sentido, García Sánchez y Pellicer (1959) indican que "En febrero de 1918, H. Breuil descubre otro grupo de pinturas en la parte este del Llano de Carchuna, en término de Calahonda", corrigiendo de este modo el error del texto original.
En cuanto al segundo aspecto confuso del texto, es muy probable que el término acantilado se utilice en sentido amplio para referirse a un cortado rocoso, y no a un acantilado marino, que es en el sentido en el que normalmente usamos esta palabra.

El tema representado. Descripción de las figuras.

Los dibujos encontrados son, pues, dos figuras de unos 50 cm de altura realizadas con algún tipo de pigmento rojo sobre la pared de una covacha, o abrigo, en las cercanías de Calahonda.

Lámina XXXIII con pinturas esquemáticas descritas en varios yacimientos andaluces.

El primero de ellos, de unos 50 cm, presenta forma de cruz latina con engrosamiento en la parte terminal de cada brazo, siendo el inferior algo más evidente, y los tres superiores menos realzados, pero con presencia de entrantes y salientes en su borde a modo de digitaciones (tres en el caso de los brazos laterales y cuatro en el superior). Completa la figura dos líneas curvas que, sin llegar a tocarlos, unen a modo de arco los brazos laterales con la zona mediana del brazo inferior.

El segundo, algo mayor, de unos 55 cm, es más complejo, y presenta forma de doble cruz latina con el brazo inferior terminado en una especie de gancho que se inicia en un abultamiento en el tercio inferior de dicho brazo. Por su parte, el extremo superior finaliza en un adelgazamiento de borde redondeado. Los brazos laterales presentan diferencias en sus terminaciones. Mientras que los de la derecha tienen los bordes digitados (más el inferior, con aspecto ramiforme), los de la izquierda están unidos por una tenue línea curva y del superior salen dos protuberancias alargadas, algo curvas, que parecen buscar al brazo vertical, y unas finas líneas en forma de ramitas verticales que tienden a separase.

Detalle de las figuras halladas en el Llano de Carchuna (obsérvese cómo la escala del dibujo no coincide con el tamaño de las representaciones, tal y como se describen en el texto).

Para Breuil y Burkitt, este tipo de figuras son representaciones convencionales del ser humano en las que, por omisión de las piernas, la forma degenera en una cruz (Breuil y Burkitt, 1929:6). El nombre de arzobispo que se le da en el texto a la figura más grande, se debe a que las cruces arzobispales presentan dos brazos transversales. 
Actualmente dos son las listas tipológicas más utilizadas para su clasificación (Sanchidrián, 2001). En la primera de ellas (Acosta 1968 y 1983), la primera de las representaciones se clasificaría como un antropomorfo cruciforme, en su variante de cruz latina, donde el trazo vertical representaría el eje Cabeza-Torso y el horizontal, los brazos extendidos. La segunda no entraría, en principio, en ninguno de los tipos definidos por este autor, aunque creo que podría considerarse como una variante con doble trazo horizontal del anterior. 
Según la clasificación de Bécares (1983), la primera sería, al igual que en Acosta, un antropomorfo de tipo cruciforme (Af 4.2 es el código que la da Bécares), mientras que la segunda correspondería con un antropomorfo de brazos y piernas en cruz (Af 4.1).

El significado de dichas figuras se relaciona con las diferentes interpretaciones que se han hecho hasta el momento de lo que Sanchidrián llama pintura esquemática típica (Sanchidrián, 2001:442). Siguiendo a este mismo autor, desde los inicios del siglo XX se asocia la pintura esquemática con el mundo funerario, por la coincidencia entre muchas de las representaciones esquemáticas rupestres y las halladas en las tumbas megalíticas. También Breuil (1935) propuso, además del funerario, una relación con los vínculos matrimoniales y, más tarde, Acosta (1968 y 1983) vio en ellas una especie de lenguaje ideográfico que, de alguna manera, traducía en imágenes la vida cotidiana y los cultos religiosos de las gentes que los realizaron.

En la actualidad, no parece haber duda sobre la importancia simbólica de los sitios donde se realizaron, tanto por la coincidencia en el mismo lugar con representaciones de otros estilos artísticos anteriores, como por la falta de un horizonte arqueológico en estos lugares, lo cual revela su falta de uso con otros fines que no fuesen los simbólico-religiosos. Por otra parte, el hecho de que sólo unos pocos de los abrigos disponibles estuviesen decorados, implica una apropiación cultural del lugar que podría tener relación con algún tipo de control territorial (Martínez García, 1998).

Conclusión, ¿dónde están las pinturas?

Nada sabemos, en la actualidad, de estas representaciones descritas por Breuil y Burkitt en su libro que no vaya más allá de las referencias bibliográficas, o la inclusión en los diferentes inventarios y bases de datos mencionadas en la introducción. Es probable que las pinturas hayan desaparecido por causas naturales, o por la mano del hombre, durante el intenso proceso de transformación del paisaje que ha tenido lugar en la zona durante el último siglo, pero hay algunos aspectos que nos llaman la atención y no podemos olvidar. 

En primer lugar, el "carácter prehistórico" de las representaciones. Breuil, primero observa en las cercanías de Calahonda (probablemente en los acantilados y riscos que orlan la localidad) imágenes pintadas en cal que le recuerdan las que tantas veces ha visto en otros lugares de Andalucía, y cree que los lugareños que las hicieron recientemente pudieron haberlas copiado de otras preexistentes que estuviesen en algún lugar cercano. Es entonces cuando deja el camino y, tras buscar en las paredes calizas cercanas, las encuentra y comprueba, mojándolas, que son prehistóricas, ya que la caliza había formado sobre ellas una costra que las protege e impide que puedan borrarse al humedecerlas.

En segundo lugar, su gran tamaño (por encima de la media en este tipo de representaciones, que se encuentra entre los 10 y 30 cm de alto, Sanchidrián, 2001:443), debería haber facilitado su localización posterior. En este punto, no obstante, es importante indicar que el tamaño que el descubridor atribuye a las figuras en la descripción no coincide con el tamaño en el que las representa en la lámina correspondiente.

Por último, cabe reseñar tres aspectos a tener en cuenta a la hora de intentar establecer su localización:
1.- El camino que, partiendo de Calahonda, se adentraba en el Llano de Carchuna, seguía en gran medida la carretera actual.
2.- El sentido del viaje de Breuil era hacia Motril.
3.- Según parece, sólo necesitó apartarse del camino para encontrar las representaciones.


Con lo expuesto, pues, es de suponer que éstas debían situarse en los antiguos acantilados marinos que se encuentran a la derecha de la carretera N-340, entre las proximidades del actual campo de fútbol de Calahonda y de la EDAR, que es la zona donde las características geomorfológicas y la presencia de materiales rocosos calizos facilitarían la realización de este tipo de representaciones.

En relación con esto, algunos miembros del mencionado GAEM, creen posible que éstas no hayan existido nunca, ya que, de lo contrario, seguramente habrían dejado algún rastro en la toponimia de la zona y que, en el caso de que realmente hubieran estado representadas en alguno de los tajos cercanos al Llano, uno de los lugares más apropiados sería una bóveda hoy colapsada cercana la actual tanatorio de Carchuna-Calahonda. No tenemos constancia, no obstante, que Breuil hubiera confundido en otras ocasiones este tipo de representaciones o su localización, aunque cabe la posibilidad.

Fotografía área y detalle del Mapa Topográfico 1:50000 en la actualidad, con indicación de la de la zona donde probablemente se encontrarían las pinturas rupestres (Google Earth e IGN).

Detalle del Mapa Topográfico 1:50000 en su 1ª Ed de 1938 (IGN).

Tal vez, en un futuro no lejano, y tras la continuidad de los trabajos de prospección en la zona, se terminen por encontrar estas representaciones rupestres. De lo contrario, las pinturas del Llano de Carchuna continuarán perdidas, y seguirán siendo un recuerdo lejano plasmado en la página 82 y en lámina XXXIII de un libro inglés del primer tercio del siglo XX.

Carlos E. Sarompas Cazorla.

Referencias bibliográficas.

ACOSTA, P. (1968). La pintura rupestre esquemática en España. Universidad de Salamanca. Memorias del Seminario de Prehistoria y Arqueología, 1.
- ACOSTA, P. (1983). Técnicas, estilo, temática y tipología en la pintura rupestre esquemática hispana. Zephyrus: Revista de Prehistoria y Arqueología, 36, pp.13-25.
- Archivo Central de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía (1989). Inventario de yacimientos arqueológicos de la Provincia de Granada. Llano de Carchuna.
- Ayuntamiento de Motril (2003). Plan General de Ordenación Urbanística de Motril. Catálogo de Yacimientos Arqueológicos:83.
- BÉCARES, J. (1983). Hacia nuevas técnicas de trabajo en el estudio de la pintura rupestre esquemática. Zephyrus: Revista de Prehistoria y Arqueología, 36, pp.137-148.
- BREUIL, H. & BURKITT, M.C. (1929). Rock painting of Southern Andalusia: a description of a Neolithic and Copper Age art group. Oxford: Clanderon Press.
- BREUIL, H. (1935). Les peintures rupestres schématiques de la Péninsule Ibérique IV: Sud-Est et Est de l'Espagne. París: Fondation Singer-Polignac.
- CARRASCO, J. & PACHÓN, J. A. (2010). Las cerámicas neolíticas peinadas y pintadas andaluzas y su relación con los soportes muebles orgánicos de la Cueva de los Murciélagos de Albuñol (Granada). Archivo de prehistoria levantina, 28, pp.107-138.
- Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía (1995). Catálogo de yacimientos con pinturas rupestres en Andalucía. Llano de Carchuna
- GARCÍA SÁNCHEZ, M. & PELLICER CATALÁN, M. (1959). Nuevas pinturas rupestres esquemáticas en la provincia de Granada. Empúries: Revista de Recerca sobre el Món Clàssic i l'Antiguitat Tardana, 21, pp.65-188
- LÓPEZ, M. & PEÑA, J. M. (1998). Actualización y Revisión del Inventario de Yacimientos Arqueológicos de la provincia de Granada. Llano de Carchuna. Sevilla: Archivo del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
- MARTÍNEZ GARCÍA, J. (1998). Abrigos y accidentes geográficos como categorías de análisis en el paisaje de la pintura rupestre esquemática. El sudeste como marco. Arqueología Espacial, 9-20, pp.543-561.
- SANCHIDRIAN, J. L. (2001). Manual de arte prehistórico. Barcelona: Ariel.