viernes, 13 de mayo de 2016

“En lo alto de la torre ha de haver constante un centinela de dia, y de noche, á cuyo cargo estará dár las señales de seguridad ò rebato”. LA TORRE DEL CAMBRÓN DENTRO DEL SISTEMA DEFENSIVO DE LA COSTA GRANADINA EN ÉPOCA MEDIEVAL Y MODERNA. UNA VISIÓN GLOBAL.

Sobre el cerro de la margen izquierda del barranco del mismo nombre se levanta la conocida por todos los salobreñeros como Torre del Cambrón, hoy dentro del recinto del Hotel Salobreña. Se trata de una torre vigía declarada como Bien de Interés Cultural (B.I.C.) catalogada dentro de la categoría jurídica de Monumento, en la tipología de Torre Defensiva.

Vista aérea del Hotel Salobreña, en la década de 1970.

La estructura que actualmente podemos observar es la de una torre maciza con un acceso situado a 5 m de altura respecto del nivel de circulación. Este acceso, abierto al norte, presenta un arco de medio punto y jambas de ladrillo.
El interior es una estancia circular con una bóveda del tipo media naranja y cuenta con un total de tres troneras abiertas hacia el este, el oeste y el sur. Cuenta, además, con una escalera embutida en el propio paramento que permite subir a la azotea, así como una chimenea con salida de humos hacia la terraza.
De cuerpo cilíndrico, alcanza una altura de 10,50 m, con un refuerzo ataluzado en la base, de 3,90 m de diámetro. Se le atribuye un origen nazarí (siglos XIV-XV), siendo reformada y consolidada durante la primera época castellana (siglo XVI) y reacondicionada  y mejorada en el periodo moderno (siglo XVIII).

 Vista actual de la Torre del Cambrón.

Sección de la Torre según un documento de 1868.

Como se ha dicho, en base a su técnica constructiva se la considera de origen nazarí. Así lo hace pensar su cuerpo de fábrica, realizado mediante mampostería de mediano tamaño concertada en hiladas separadas por verdugadas de lajas esquisto-pizarrosas, todo ello trabado con mortero de cal.

En los primeros tiempos de dominio castellano (siglo XVI), dentro del programa de refortificación general llevado a cabo por los Reyes Católicos para la defensa del nuevo territorio conquistado, se le realizan diversas reformas y refuerzos de cara a adecuarla a las nuevas condiciones bélicas de la época. Fue entonces cuando se recreció en 2 m la estructura con el objeto de dotarla de una azotea lo cual, a su vez, llevó a construir un revellín ataluzado en la base que consolidase la estabilidad de la torre.

Más adelante, a lo largo del siglo XVIII, se irá reestructurando y mejorando el conjunto, especialmente su estancia, la puerta de acceso y la construcción de un matacán provisto de buharda, situado sobre la vertical de la puerta a 9 m de altura respecto del suelo.

Es un modelo de torre vigía que responde a una tipología constructiva y militar que se repite en la inmensa mayoría de torres y atalayas que erizan la costa andaluza, en tanto que representaban la primera línea de defensa de la Corona tras la caída del sultanato nazarí, y hasta entrados ya el siglo XVIII.


 
Detalle de la técnica constructiva y de la puerta de acceso al interior de la torre.

El papel que esta torre vigía del Cambrón ha ejercido dentro del sistema defensivo de la costa del Reino de Granada, especialmente en época Moderna, queda constatado por las numerosas referencias documentales en las que aparece. Es a través de estas referencias que podemos hacernos una idea de lo que representó esta atalaya, por entonces bajo jurisdicción de Almuñécar, así como de su evolución, estado y conservación a lo largo de los siglos. A continuación se expone una relación de estas referencias que abarcan desde el siglo XVI al XIX:
·         PROVISIÓN DE 1501. Se hace referencia a ella como última fortificación del término de Almuñécar, situada entre la Torre del Medio y la Estançia de los Henares, ésta ya dentro del término de Salobreña. Además se constata la asignación de tres Guardas para la torre.
·         VISITA DE 1571. Realizada por Antonio de Barrio y Luís Machuca, mencionando que de los tres guardas de la torre, dos debían realizar escuchas en la vecina Caleta de Viñas, situada al este de la torre.
·         RELACIÓN DE 1584. Hernando Hurtado de Mendoza hace constar la necesidad de reparar la Torre del Cambrón.
·         VISITA DE 1726. Realizada por Bartolomé Amphoux, el cual encuentra la Torre del Camurón en buen estado.
·         VISITA DE 1739. Realizada por el Marqués de Valdecañas quien tan sólo la menciona en su relación de torres, localizándola a levante de la Torre de los Diablos y a poniente de Salobreña.
·         INFORME DE 1759. Se trata de un informe sin firma en el que se indica que la Torre del Cambrón requiere de ciertos reparos.
·         VISITA DE 1762. Realizada por Antonio María Bucarelli el cual  se refiere a ella como la torre más oriental dentro del Partido de Almuñécar. Menciona que tenía un cuerpo de guardia formado por cinco Infantes, no necesitando reparo alguno a nivel estructural.
·         VISITA DE 1763. Realizada por Juan de Urbina quien refiere que tenía tres Torreros.
·         En el REGLAMENTO DE 1764 redactado por órdenes del monarca Carlos III se cita a la Torre del Cambrón dentro del Partido de Almuñécar, estando dotada de un Cabo y dos Torreros.
·         RELACIÓN DE 1765. Esteban Aymerick menciona la necesidad que tiene la Atalaya del Cambrón de una nueva bóveda, repellos y recalzos, todo ello presupuestado en 1.050 Reales de Vellón.
·         PLAN GENERAL DE OBRAS DE 1767. Redactado por José Crame donde se señala que la Torre del Cambrón requería de diversos reparos, para poder reactivar su servicio, presupuestados en 1.000 Reales de Vellón.
·         INFORME DE 1773. Redactado por Ramón de Nabas, se constata el buen estado en el que se encontraba la torre.
·         RELACIÓN DE 1774. Francisco Gozar recalca el buen estado de la torre.
·         INFORME DE 1781. También redactado por Francisco Gozar, en este caso refiere la necesidad de destinar 800 Reales de Vellón a la Atalaya del Cambrón para ciertos reparos.
·         INFORME DE 1783. Joaquín de Villanova constata la necesidad de un nuevo cerrojo para su puerta, presupuestado en 30 Reales de Vellón.
·         INFORME DE 1803. Felipe de Paz cita la Torre del Cambrón como la más oriental del Partido de Almuñécar, siendo de fábrica antigua para señales.
·         INFORME DE 1821. Juan Pérez presupuesta 400 Reales de Vellón para ciertos reparos en la Torre Atalaya del Cambrón.
·         INFORME DE 1830. Mauricio Rodríguez Berlanga describió la Torre vigía del Cambrón en el Partido de Almuñécar, contando con un Cabo y dos Torreros.Su estado aún era bueno.
·         En 1839 los Carabineros ocuparon la Torre.
·         En 1849 Miguel de Santillana señala que se encuentra en buen estado, ocupada por los Carabineros. Además, menciona que los Torreros destinados se alojaban en unas chozas situadas en la parte trasera de la torre, gozando de unas 50 fanegas de terreno.
·         MEMORIA DE 1857. José Herrera García refiere el buen estado general de la torre, si bien necesitaba de algunos reparos. La incluye entre las elegidas para instalar una estación telegráfica, la cual no llegó a realizarse.

La organización de la defensa de la costa granadina aparece estructurada como tal desde época islámica, más como organización del territorio que como concepto de “defensa” y de control militar de la costa frente a posibles ataques, aspecto que se desarrollará con la llegada de los castellanos. En el periodo andalusí este tipo de construcciones forman parte de un sistema de organización del territorio que se articulaba esencialmente en torno a núcleos urbanos, en este caso Almuñécar (al-Munakkab) y Salobreña (Salawbinya).

Será con la conquista castellana cuando, por orden de los Reyes Católicos, se estructure militarmente un sistema de vigilancia y defensa costero como tal, organizado en base a Torres y Atalayas intercomunicadas entre sí, desde el Campo de Gibraltar (Cádiz) hasta la costa de Vera (Almería). Este entramado defensivo no sólo respondía a la necesidad de prevención de ataques por parte de los berberiscos, sino también al establecimiento de una línea de vanguardia mediante la cual catapultar posibles campañas de conquista en el norte de África.

Es así como en 1497 se redacta la “Instrucción para la guarda de la costa”, origen de la mencionada estructura defensiva costera de la Corona. En ella se prohíbe la presencia de población islámica “a una legua a la redonda, so ciertas penas”, si bien se permitían algunas excepciones, en cuyo caso debían correr con el gasto de mantenimiento de las “estançias”. Sobre este documento, a lo largo del siglo XVI se desarrolla una compleja legislación en la que se establece tanto la organización, funcionamiento y oficios vinculados al sistema defensivo costero, como las “guardas, escuchas, y atajadores”, así como su financiación.

En época de Carlos III se da otra vuelta de tuerca a la defensa de la costa con la publicación del “Reglamento que su Majestad manda observar a las diferentes clases destinadas al real servicio de la costa del Reyno de Granada” (1764). En él los distritos de Salobreña y Motril quedan agrupados en el ahora distrito de Motril, localidad cabecera que controla un territorio que abarcaba desde las costas salobreñeras hasta la Torre del Cáutor. En él se cuentan un total de 8 Torres (Torre Nueva, la del Chucho, la de Carchuna, la de Calahonda, de la Estancia, de Cambriles, Estancia de Baños y del Cáutor) y 4 Baterías (la del castillo de Salobreña, la del Varadero, Carchuna y la de Castell de Ferro). En este sentido, el Reglamento articula la defensa del litoral en base a cuatro elementos: las Torres para artillería, las Baterías, las Torres-Atalayas y las Casas-Fuerte.

Vista aérea de Salobreña en la década de 1970. Al fondo puede verse cómo despunta la Torre del Cambrón y la conexión visual con el castillo de Salobreña.

Para el caso que nos ocupa, las funciones de estas torres-atalayas es la de otear y vigilar para prevenir de ataques e incursiones y avisar mediante señales, tanto a la población como a las atalayas vecinas. Estos avisos estaban debidamente explicitados en el Reglamento, siendo de dos tipos:
·         Los de REBATO anunciaban la proximidad de embarcaciones sospechosas a tierra o a barcas de pescadores y mercancías. Estas señales (hogueras de noche y ahumadas de día) debían de ser bien visibles tanto desde las poblaciones próximas a la costa como desde el resto de torres de su Partido y se realizaban mediante manojos de paja o esparto con resina, los conocidos como hacho”. Éstos “se harán de dia en las ocasiones en que se descubran embarcaciones sospechosas, que se acercan à la tierra, ò que persigue algunas barcas de pescadores, ò a otras que hacen el comercio; y de noche quando vea se acerca à tomar tierra alguna embarcación.[…] Todas las torres estaran obligadas à seguir las señales que vean en su inmediata, para que por este medio se corran entoda la extensión de mi costa los avisos”.
·         Los de SEGURIDAD son aquellos que anunciaban que se mantenía la costa sin percances visibles ni previsibles, lo cual “se hará por la mañana, luego que el torrero  pueda divisar la costa de su jurisdicción, y la segunda antes de salir el sol, quando yá descubra la marina á que alcance su vista. Por la noche se dará la señal de seguridad, después de poner el sol, y en todas estas encenderán el hacho manteniendo firme en su hachero todo el tiempo que es preciso, para que de tierra conozcan que han cumplido con lo prevenido y los navegantes que la costa está segura”.

Es en este sentido que se explica la importancia que juegan elementos como la chimenea y la azotea en estas torres-atalaya, ya que en ellas se centra la mayor parte de la actividad de la torre. Cada una de estas torres debía de estar al mando de un Cabo, auxiliado por 2 o 3 Torreros según el caso, con un salario de tres Reales diarios para el primero y dos Reales y diecisiete Maravedís para los segundos. Todos ellos tenían la obligación de residir en la torre o en las viviendas que levantaran en su entorno, pudiendo ausentarse únicamente uno de ellos no más de un día para avituallarse. Se trataba de gente sujeta al fuero militar, con un servicio de 20 años tras lo cuales pasaban a formar parte de la Compañía de Inválidos.


José María García-Consuegra Flores.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

Archivo del Servicio Histórico del Ejército (A.S.H.E.); Cartoteca; B-016/191.

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GÁMIR SANDOVAL, A. (1988): Organización de la defensa de la costa del Reino de Granada, Granada.

GIL ALBARRACÍN, A. (2004): Documentos sobre la defensa de la Costa del Reino de Granada. 1497-1857, Almería.

PÉREZ TOVAR, Mª.J.; GARCÍA-CONSUEGRA FLORES, J,Mª.: Informe preliminar de la actividad arqueológica preventiva mediante control arqueológico de movimiento de tierras en Hotel Salobreña, Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Granada, 2011.